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Amasamos el pan como se ha hecho toda la vida
En nuestro obrador trabajamos a diario con ingredientes de la mejor calidad para producir pan sin prisas, respetando los procesos de fermentación tradicionales de toda la vida.
Todos nuestros panes están hechos con masa madre 100% natural y largas fermentaciones que les aportan este aroma y sabor característico que diferencia a La Forneria. Un pan esponjoso por dentro y crujiente por fuera requiere de suficiente tiempo, esfuerzo y dedicación, pero también de ingredientes de primera calidad.
En el obrador de La Forneria utilizamos las mismas técnicas que usaban nuestros antepasados y las combinamos con métodos y procesos modernos para reinventarnos constantemente. Y todo gracias a nuestra fundadora, la abuela Caterina. ¿Conoces nuestros orígenes?
¿Por qué todo el mundo habla de masa madre?
La masa madre es un fermento básico hecho con agua y harina y es indiscutiblemente la forma más antigua de hacer pan.
El proceso de fermentación es clave para hornear un pan de la mejor calidad. Una pequeña diferencia en el tiempo de fermentación o en la temperatura ambiente durante este proceso puede afectar directamente a la calidad del producto.
Por eso en La Forneria estamos convencidos de que el éxito se encuentra en el equilibrio. Solo así podemos ofrecerte panes crujientes y tiernos recién horneados diariamente para ti y los tuyos.
¿Cuál es la historia de nuestro obrador?
El obrador de La Forneria está en marcha desde hace más de 100 años. En concreto, el primer horno lo inauguró la abuela Caterina en 1911 en el barrio del Raval. Gracias a los esfuerzos de Caterina y también de sus hijos, y más adelante, de sus nietos y tataranietos, a día de hoy La Forneria la gestiona la 5ª generación de la familia.
Para nosotros es un orgullo poder seguir ofreciendo productos de la mejor calidad, frescos, naturales y hechos con toda la dedicación de nuestra familia año tras año, década tras década.
En la fotografía se puede ver un horno de leña giratorio que fue una gran innovación para nosotros en 1958, después de haber trabajado varios años con un horno fijo. ¡Cómo ha cambiado el mundo en solo unos años!
